No he tenido cambios significativos, sigo cansada y sin mucho apetito.
Hay días que parece que me espabilo y otros que doy un paso atrás. Tendré que acostumbrarme a estar descansando, porque mi cuerpo sigue sin fuerzas, pero la mente la tengo como nunca de activa. Con tanto reposo me paso el día pensando y tengo montones de ideas que quiero contaros y enseñaros. A ver si de una vez me repongo, empiezo a moverme y nos vamos a la casita, porque echo de menos estar en mi jardín rodeada de bichos.

Hay días que parece que me espabilo y otros que doy un paso atrás. Tendré que acostumbrarme a estar descansando, porque mi cuerpo sigue sin fuerzas, pero la mente la tengo como nunca de activa. Con tanto reposo me paso el día pensando y tengo montones de ideas que quiero contaros y enseñaros. A ver si de una vez me repongo, empiezo a moverme y nos vamos a la casita, porque echo de menos estar en mi jardín rodeada de bichos.
Y podéis decir lo que queráis, pero el "bicho" que está sentado en la silla, me sobra.
Pero hay más. Fijáos quién está en la mesa dentro del invernadero, mi vecina Pulguerín, y también me sobra.
Pero hay más. Fijáos quién está en la mesa dentro del invernadero, mi vecina Pulguerín, y también me sobra.
Y esta preciosidad es su hijito o hijita.

Pulguerín tuvo cuatro gatitos el 2 de abril. Su madre humana, se ha "deshecho" de tres y ha dejado a este, "para que la gata no entre en celo", pero no lo quiere. Así que necesita una casa urgentemente, y lo siento mucho por él, pero a la mía no va a venirse.
Carmen ha tenido una vida dura, muy dura, y sigue teniéndola.
Tiene 84 años, vive sola con Pulguerín y parece que aún estuviera en el siglo XIX.

Pulguerín tuvo cuatro gatitos el 2 de abril. Su madre humana, se ha "deshecho" de tres y ha dejado a este, "para que la gata no entre en celo", pero no lo quiere. Así que necesita una casa urgentemente, y lo siento mucho por él, pero a la mía no va a venirse.
Carmen ha tenido una vida dura, muy dura, y sigue teniéndola.
Tiene 84 años, vive sola con Pulguerín y parece que aún estuviera en el siglo XIX.
Esta vez no pudimos ayudarles porque todo se complicó con mi enfermedad y nos volvimos para mi casa de toda la vida que está en un pueblo muy tranquilo en invierno, pero que se llena en verano.
Y mi pueblo es un tanto especial...
Y mi pueblo es un tanto especial...