Siempre me habían dicho que mi nombre era una variante del de Ifigenia, la hija de Agamenón Y Clitemnestra, de la mitología griega. Pero hace unos meses me enteré de la existencia de una santa Efigenia, hija del rey etíope Eggipus. La celebración que hacen de esta santa negra es el 21 de septiembre y también es conocida como " la fiesta de los gatos ". Cuando leí eso, tuve un segundo de intenso placer, que duró sólo un segundo puesto que al continuar leyendo, me enteré de que es la fiesta de los gatos porque en Cañete, Perú, lo celebran con un festival gastronómico donde el plato estrella es: ¡ GATO !
Ya se que otros comen vaca, cordero, o pollooo, que es algo cultural, pero lo de comer gato, no me hace nada de gracia.
Esta ha sido la primera parte terrorífica de la entrada, vamos con la segunda
Un día el Bene salió a hacer la compra y volvió con un regalo para mi, este gato infernal.
Desde el primer momento me dio mucho miedo, así que vive confinado en una bolsa.
Pero mi madre se ha puesto graciosilla y ha querido fastidiarme con él.
A pesar de que ella "va" de estar tan volcada y pendiente siempre de mi, a veces tiene una vena maligna y me hace cosas terroríficas.
Porque el miedo que me produce el gato no es nada comparado con el que me da el láser.
Espero y deseo que nadie se ría de esto.( Aviso que el vídeo no sólo está hecho con maldad sino que es malo)
Mi "mala madre" dice que así hago ejercicio.¡ A veces la odio !
Pero yo soy buena y enseguida se me pasa.
Soy buenísima, una verdadera santa, porque a pesar de todas estas maldades maternales, ahora que ella está enfermita la estoy cuidando con todo el esmero y dedicación del que puede hacer gala una excelente hija como soy yo.
Apenas me separo de su lado en la cama, le doy todo mi calorcito que sumado a la fiebre, hace que la pobre alcance temperaturas próximas al estado de ebullición.
Siempre se ha dicho que era bueno sudar la gripe ¿no? pues toma calor.
Y soy tan buena y considerada, y esto lo he hecho por vosotros, que le he retocado un poco porque después de los días que lleva enferma, eso si que os habría dado mucho miedito. Y creo que hoy ya habéis tenido suficiente dosis de cosas terroríficas.
¡ Si es que no puedo evirtarlo, soy tan buena !
En cuanto se ponga un poco mejor, pasaré a veros.
Es que ahora me da mucho trabajo, es un poco quejica.
Lo dicho, soy una verdadera santa, Santa Efigenia del Mar García Garrote, (la que come pollooo) je, je!